INSPIRACIÓN PARISINA

Subí al avión y todavía me sabían los labios a despedida. Tu aroma brotaba aún por los poros de mi piel y mis ojos empezaban a llorar. Se alejaba de la pista, se alejaba de ti y sólo un segundo después, habías desaparecido ¿Cómo poner dos puntos suspensivos a este punto y final?¿Cómo hacer que cada quilómetro que me alejo no me aleje de ti? Pero el avión avanzaba, las horas corrían y el tiempo pasaba, cada vez tú estabas más lejos y mi cordura desaparecía.Me ahogué en aquella lágrima que cayó por tu cara, no puedo avanzar, me he quedado estancada en ese momento. Duele cada parte de mi cuerpo y sólo el roce de tu piel puede calmarlo. Pero ahora debo dejarte atrás. Irme. Ahora besarás a la nada, al aire, cantarás a balcones vacios, bailarás baladas en soledad. Cuando haya más quilómetros entre tú y yo que días que pasamos juntos, que besos que me diste, que sonrisas que te dediqué… sólo entonces tú y yo como tan sólo uno habremos desaparecido. Pero no hay suficientes quilómetros en este mundo.Tendré que elegir entre el olvido y la memoria, entre mi cuerpo y tu piel, mis labios y tus besos. Ayer y mañana. Día y noche. ¿Cómo caminar por calles que no han visto tus andares?
¿Cómo mirar a los ojos con unos ojos que ya no te recuerdan?
¿Cómo escuchar el aire sin que lleve tus suspiros?
¿Cómo besar otros labios con el sabor de los tuyos tatuados en los míos?
Seguir. Seguir sabiendo que no volveré a encontrarte. Continuar con la vana esperanza de verte doblar la esquina